El 26 de abril celebramos la Pascua de la Venerable Madre Francisca Pascual, una mujer cuyo ejemplo de confianza en Dios y esperanza “contra toda esperanza” sigue inspirándonos hoy.
Su confianza en la Providencia y su compromiso con el Evangelio nos invitan a renovar nuestra fe y afrontar con valentía las dificultades de la vida.
A 122 años de su partida, y en el marco del Jubileo 2025, su testimonio adquiere una gran importancia, recordándonos que la esperanza nunca defrauda y que siempre podemos confiar en el amor de Dios, incluso en los momentos más difíciles.
Madre Francisca fue una incansable peregrina, convencida de que Dios nunca abandona a quienes confían plenamente en Él. Esta confianza absoluta la llevó a comprometerse con los más necesitados, promoviendo la fraternidad y la solidaridad.
Somos peregrinas porque nos sabemos compañeras de camino de la humanidad, particularmente de los pobres.
Que arraigadas en Cristo y fortalecidas por el Carisma, salgamos a la misión de Dios a “hacer el bien” con valentía, creatividad y audacia porque tú Señor,cambiarás nuestro suerte y nos darás un porvenir de esperanza”.Cf.Oración por el XXVII Capítulo General.